Las palabras a veces antes de ser pronunciadas, tiene uno que tener mucho control para que no salgan como olas gigantescas que arrastren a su paso a quien van dirigidas. Por eso es mejor más bien buscar de cómplice al silencio para que se haga eco de un mal pensamiento detenido, y así no decir algo indebido...Pero algunos tenemos el privilegio de poder escribir lo que sentimos, como una forma de arrojar fuera de si las frustraciones...
“Hubo un tiempo en que eras imprescindible para mi. Ahora tu caminas por otro rumbo diferente, ya no por donde solías caminar antes al lado mío . Ahora tu mirada no me alcanza. Y tu voz llega como una brisa fría. Como una despedida. Como un eco envuelto en lejanía. Quizás te agradaría más oírme decir que estoy herida. Como esas aves migratorias que andan por ahí pasando frío, pero sólo siento desencanto. No, no puedes juzgarme ahora después de tanta lejanía. Que puedo yo hacer si nunca he sido partidaria de esperar lo que no llega?. De alguien a quien se le ha hecho costumbre dejarme abandonada cuando me da una cita y luego con su sonrisa más amplia me da una triste excusa".
No me queda más que buscar de cómplice al silencio para que se haga eco de esa ola gigantesca que agita y mueve los pensamientos míos...
No me queda más que buscar de cómplice al silencio para que se haga eco de esa ola gigantesca que agita y mueve los pensamientos míos...
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