jueves, 1 de mayo de 2014

La química del amor




Los sentimientos no se generan en el corazón, sino en el cerebro. Este es un sentimiento universal, profundo y contradictorio al que cuesta tanto desprenderse, renunciar, como resistirse.
El enamoramiento se produce debido a la acción de ciertas hormonas, como la serotina o la dopamina, que anulan el pensamiento crítico y crean la irremediable necesidad de volver a ver a la persona amada, la oxitocina se libera durante el orgasmo y se vincula con las relaciones duraderas...
El amor actúa como una droga, puesto que produce el mismo efecto sobre el organismo y además, es ciego porque suprime la actividad en áreas del cerebro que controlan el pensamiento crítico

El diccionario de la Real Academia Española, define el amor como un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro con otro ser.

El amor es una adicción química entre dos seres humanos, que se da cuando existe enamoramiento de verdad, en mayor o menor medida, y además una serie de circunstancias comunes, como la atracción física, el apetito sexual o el afecto y el apego duradero.  

A este último aspecto contribuyen, sobremanera dos hormonas, la oxitocina y la vasopresina que se liberan para que el útero se contraiga durante el parto y que también intervienen en la química del enamoramiento. 

El cerebro contiene unos 100.000 millones de neuronas, cifra aproximada al de las estrellas de nuestra galxia. Y sus casi 100 trillones de interconexiones en serie y en paralelo proporcionan la base física que permite el funcionamiento cerebral.


El cerebro humano es el el órgano mas complejo y fascinante que existe en el universo. 
Es capaz de reflexionar sobre sí mismo, controla el rápido movimiento de la mano de un pianista interpretando una melodía, integra el estímulo visual en tres dimensiones, recibiendo los impulsos luminosos sobre una retina plana.
En fín el cerebro humano es el organo mas mas maravilloso que el humano pueda poseer. 

Solo que los poetas y escritores le añaden estas propiedades al corazón, que de verdad, lo que realmente hace es bombear la sangre por todo el cuerpo. 

Ante esta evidencia, habría que reconsiderar toda la iconografía que adjudica al romántico corazón el rol central en el proceso del amor y reemplazarla por una ímagen del cerebro...

Autor desconocido...


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