La mayor parte de las cosas que suceden en la vida, son y serán por la actitud, que tomemos para afrontarlas. Y esa actitud, también verdaderamente mueven todo el mundo que nos rodea, incluyendo los animales...
A veces suceden cosas que lo pone a uno a pensar en esa realidad, y nos encontramos de pronto frente a lo que nosotros queremos subestimarle importancia, cuando lo más importante no es lo que sabemos, sino lo que no sabemos...
Dos perros viene caminando detrás de un policía, quien rápidamente se dirige a la entrada trasera del Museo de Bellas Artes, el agente pasa y detrás de él uno de los perros, entra, con paso decidido y arrogante, como si viniera en compañía del policía, y se pierde en el largo pasillo, casi sin que reparen en él, mientras el otro perro se detiene indeciso, da varios pasos, y se devuelve, como temiendo ser reparado, varias veces, se adelanta, retrocede, para las orejas, y da vueltas alrededor, pero con temor de entrar. De repente aparece el vigilante del Museo y espanta al perro con violencia, y el perro huye por el lugar que vino... Me quedo meditando la actitud del perro, me sonrío y me acerco al vigilante y le cuento lo que presencié: Cómo el perro que audazmente atravesó la puerta, no tuvo ningún obstáculo para entrar. En cambio el que tenía dudas, inmediatamente fue captado y echado de ahí...
El señor se sonríe y me dice, que el logró ver al otro perro que entró decidido y por el aparato de radio, llamó a varios de sus compañeros, para sacarlo, pero en vista que no obtuvo ninguna respuesta, lo dejó así, en cambio al que vio rondando y con duda de entrar lo espantó...
La actitud e indecisión hizo que el perro temeroso, se quedara sin compartir la caminata junto al osado, que logró llegar hasta el otro lado del museo...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario