sábado, 29 de mayo de 2010

El Señor de la Mentira



Llega en silencio, trajeado de ilusión y fantasía.
Con una manera de hablar, que ilumina la dimensión de su palabra; 
parece un mago que descubre los sueños escondidos, 
y te los regala junto a su sonrisa fascinante.
Yo me lo encontré un día, cuando estaba llena de melancolía; 
el me envolvió en su gran sonrisa, 
y adivinando lo que yo soñaba, 
enseguida me regaló lo
que mi alma con tanta fuerza deseaba: 
Un paisaje con un lago, un cielo cuajado de estrellas, 
con una luna que yo contemplara, y un amor, donde mi corazón rebosara.
Prometió, permanecer a mi lado, 
para transitar juntos por ese mundo añorado; 
luego de un tiempo desapareció de mi lado.
Y ahora me encuentro sola, dentro de un paisaje mustio,
con un cielo vacío, nadando en un lago triste, petrificada de frío.

Luna

(comenzé a entender)
Caracas, 01 de enero de 2010

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