El lumbral de la nada

Cuando yo no puedo traspasar ese

Inmenso vacío, me siento en el umbral

de la nada.

No es tanta la distancia física que te

separa de mí… Es casi nada,

pero la siento inmensa dentro de mí.

Parece una cumbre infinita en los

confines de la lejanía.

Sufro tu ausencia…

Busco de transgredir los prejuicios

que nos separan.

Pero las normas están allí, en mitad

de nuestros sentimientos.

Tú dices de tomar una decisión razonada.

Y a mi me parece un encuentro con la nada.

Los prejuicios están allí marcando las fronteras.

Y ¡Sin embargo te espero!

Luna
Caracas, 30 de julio de 2009