sábado, 30 de abril de 2016

los azules presagios de Brunilde

Soy heredera del nombre de una valquiria. Brunilde, y al tener este nombre, siento analogía con  aquella otra  alma que vaga en busca de la presencia del amado. Siento los azules presagios de su  tristeza, y hasta el resplandor de las llamas donde permanece encarcelada cuando los dioses le impusieron el castigo. Ella busca en todas las lunas del pasado, del presente y del futuro lo que le fue negado. Quiere la libertad para marcharse lejos, hasta el confín de un nuevo mundo y salir del cerco que le ha sido impuesto como sentencia sin fin. Aún sus pensamientos recorren el bosque donde antes yacían rodeados de las hadas que los protegían y jugaban a su alrededor, ella y Sigfrido. El alma de Brunilde, se encuentra desolada y su corazón permanece aún latiendo con la esperanza de que a la luz de la luna aparezca su figura gallarda, en su corcel alado Grane, el más veloz de los corceles celestiales, atravesando el fuego que la consume y que ha hecho que su alma esté agotada.
Un gemido de desconcierto sale de mis labios al encontrarme con un Sigfrido convertido en un símbolo de una época del pasado. No hay esperanza de que a galope tendido recorran el camino que los lleve hasta los confines donde habitan las almas que buscan  una existencia nueva.

lunes, 18 de abril de 2016

imaginando para escribir.



En soledad, es donde puedo imaginar mundos espléndidos para hacerlos posible en mis escritos. Ellos llegan como música que acaricia  mis oídos en los momentos de éxtasis, donde mi espíritu se conecta unas veces con el cielo, como cuando por la mañana el sol entra por mi ventana y me regala un luminoso día. O por la noche cuando la luna aparece en su vapor de plata, junto a los puntitos rutilantes que a lo lejos se ven como piedras preciosas, que me muestran, que en la inmensidad del universo todos estamos conectados y sus destellos no son sino la forma de comunicar el idioma universal del amor.

En este otro mundo espléndido, también encuentro y puedo percibir el amor. Sin embargo cuando alguien mutila el derecho a existir de un árbol, de un animalito, o de otro ser indefenso, mi tristeza se une a la del rumor del viento cuando se cuela entre las hojas, al aliento de las flores en un intento sutil de reflexión y de razón. 
Y las aves que algunas veces me hacen compañía se alejan llevándose mis deseos de cosas que no existen, a un mundo donde puedan hacerlos posible para traérmelos como muestra de ese amor donde todos estamos conectados.
Cuando me sumerjo en las páginas de un libro, también encuentro ese paralelismo entre la materia y el espíritu, tratando de entender la filosofía de la vida, que luego se convierte en filosofía de mi imaginación y deja de ser un cuento, donde yo pretendo ser.

Es un misterio que mi alma se sumerja, en  extravagantes  ensoñaciones que permanecen  acurrucadas, esperando la soledad  para salir al encuentro de los mundos posibles que imagino, donde yo siento mucho, donde yo entiendo todo, donde sueño despierta y donde me asomo a lo que unas veces está a mi alcance y otras veces se escapa de mí.

lunes, 4 de abril de 2016

Los cuentos de tu abuelito.

Por el rumbo del recuerdo siempre viajan tus anécdotas, que con gracia y desparpajo cuentas muerto de risa. Me contaste que tu abuelo, según tus propias palabras era un gran pájaro bravo. (Literalmente heredaste su información genética, y fuiste después de décadas la esperanza de tu abuelo, ya que al evolucionar alargaste la vida  de aquel viejito tan pícaro).

Un día recuerdas con mucha risa, que tu abuelo te invitó para una casa prohibida donde tenía una novia que siempre veía a escondidas. Como la abuela estaba en guardia, él se las arreglaba para llevarte con él, y evitar la suspicacia de lo que iba a suceder. Te advirtió que lo que vieras no podías comentarlo, además podrías comer lo que a ti se te antojara. Al llegar tenían listo un suntuoso plato que te dejaba adormilado y con la boca cerrada. Mientras él con la muchacha, como por arte de magia se esfumaba.

La abuela que no era tonta, cuando llegaron a casa enseguida notó que algo extraño sucedía, porque el abuelo sin darse cuenta se había abrochado mal la camisa, el cuello lo traía alzado, la bragueta a medio cerrar y los cabellos revueltos. Ella llena de furor le tiró la cazuela donde guardaba el guiso que le tenía preparado. Y a él sólo le quedó volar rápido a la calle, hasta que el mal genio de la abuela se disipara. Mientras tanto los amigos al verle tan descompuesto, le gritaban: ¡Mira pájaro sinvergüenza, abróchate la camisa y arréglate la bragueta, para que no se te note!


sábado, 2 de abril de 2016

Sin Límites.

El amor es un estado de sublimación, donde se dan las más hermosas manifestaciones del sentimiento humano.
Él nos hace aptos para continuar en ese sentimiento ideal hacia el ser a quien o al cual le brindamos el privilegio de nuestro amor, aun si estamos alejados materialmente, porque sus diferentes formas y matices nos acercan espiritualmente. 
Poder comunicarlo con unas cuantas frases sin duda es la forma indicada para mantener ese contacto y esa comunión de pensamiento. Las palabras viajan con una rapidez vertiginosa a llevar y traernos un ¡te amo!, que estamos deseando escuchar desde lo más profundo del otro corazón... El mundo del amor no tiene límites.
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