sábado, 13 de septiembre de 2014

Enmarañada


¿Será acaso  buscando  fuerza y valor para que los sentimientos negativos no se adueñen poco a poco  de la  confianza en mi misma,  como voy sobrevolando lo imperfecto?... O ¿será acaso adentrándome de lleno en esos parajes de tiempos sin errores; como puedo avanzar sin  abandonar las metas imaginadas?

Estas son  las interrogantes que me planteo  ahora en esta  nueva etapa de   vida que desde luego son nacidas en el caminar  por el  tiempo pasado, que hace que  me encuentre a veces vencida por las horas arrancadas de un día incierto y que muchas veces hacen que me detenga con un poco de  oscuridad  en mi conciencia. Y me doy cuenta entonces que el presente llegó, que las agujas del reloj no durmieron y han seguido adelante, y me hicieron despertar un día cualquiera cuando yo menos imaginaba... necesito mis verdes desiertos bañados por  mis emociones, necesito mis  luchas  de urgencias, ahora cuando la fuerza y valentía  comienzan a flaquear y me hacen anclar y dudar de mis valores, como si todo estuviese oxidado en el mundo y sólo se sucedieran las derrotas.
El sol y la luna se escaparon de mi, porque ya no los encuentro y sólo tengo reminiscencias de esos días claros , donde mis  preciados tesoros me servían de guía. Tal vez hice algo mal en aquel tiempo donde no solía sentir angustia por las dudas, cuando la búsqueda no existía, cuando sólo creía ver  felicidad por todos lados, ya porque mi óptica estaba un poco nublada o porque   no me sentía enmarañada como ahora. Tantas preguntas vacías que me hago y tantas  cosas  escritas que necesitan una respuesta...escribo y escribo y el papel ha crecido tanto que se ha vuelto un camino retorcido buscando conclusiones de esperanza, buscando una luz a la oscuridad de la incertidumbre, pues las respuestas que añoro encontrar no existen aún, o si existen están  dormidas en mi inconsciente.

Ahora  que me encuentro con  la filosofía, hay una esperanza que apunta  hacia una sólida sinceridad, porque ella me plantea  que cada día de una vida debería ser especial, y tendría que  sentirme viva y ser acariciada por el misterio del azar...

- Yo le pregunto: ¿la felicidad se halla acaso en un punto determinado?
-La filosofía  me contesta: antes de empeñarte en buscarla, quizás debas  pelear con fiereza contra el objetivo que  obstaculiza tú conocimiento de la felicidad, porque  intentar descubrirla también es  vivir siendo feliz. Y me aconseja mirar  hacia lo cotidiano y dibujarlo  en todos los  momentos, en la sonrisa, en los gestos, en la complicidad, en los sueños imposibles, en las personas, en las lágrimas y en todo cuanto  me rodea...

- Y concluye que dibujando todo esto, es posible que pueda encontrar la respuesta  que tanto me  oscurece el espíritu y el alma o jugar con los dilemas y las contradicciones como forma de avance.

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