¿Será acaso buscando fuerza y valor para que los sentimientos negativos no se adueñen poco a poco de la confianza en mi misma, como voy sobrevolando lo imperfecto?... O ¿será acaso adentrándome de lleno en esos parajes de tiempos sin errores; como puedo avanzar sin abandonar las metas imaginadas?
Estas son las interrogantes que me planteo ahora en esta nueva etapa de vida que desde luego son nacidas en el caminar por el tiempo pasado, que hace que me encuentre a veces vencida por las horas arrancadas de un día incierto y que muchas veces hacen que me detenga con un poco de oscuridad en mi conciencia. Y me doy cuenta entonces que el presente llegó, que las agujas del reloj no durmieron y han seguido adelante, y me hicieron despertar un día cualquiera cuando yo menos imaginaba... necesito mis verdes desiertos bañados por mis emociones, necesito mis luchas de urgencias, ahora cuando la fuerza y valentía comienzan a flaquear y me hacen anclar y dudar de mis valores, como si todo estuviese oxidado en el mundo y sólo se sucedieran las derrotas.
El sol y la luna se escaparon de mi, porque ya no los encuentro y sólo tengo reminiscencias de esos días claros , donde mis preciados tesoros me servían de guía. Tal vez hice algo mal en aquel tiempo donde no solía sentir angustia por las dudas, cuando la búsqueda no existía, cuando sólo creía ver felicidad por todos lados, ya porque mi óptica estaba un poco nublada o porque no me sentía enmarañada como ahora. Tantas preguntas vacías que me hago y tantas cosas escritas que necesitan una respuesta...escribo y escribo y el papel ha crecido tanto que se ha vuelto un camino retorcido buscando conclusiones de esperanza, buscando una luz a la oscuridad de la incertidumbre, pues las respuestas que añoro encontrar no existen aún, o si existen están dormidas en mi inconsciente.
Ahora que me encuentro con la filosofía, hay una esperanza que apunta hacia una sólida sinceridad, porque ella me plantea que cada día de una vida debería ser especial, y tendría que sentirme viva y ser acariciada por el misterio del azar...
Ahora que me encuentro con la filosofía, hay una esperanza que apunta hacia una sólida sinceridad, porque ella me plantea que cada día de una vida debería ser especial, y tendría que sentirme viva y ser acariciada por el misterio del azar...
- Yo le pregunto: ¿la felicidad se halla acaso en un punto determinado?
-La filosofía me contesta: antes de empeñarte en buscarla, quizás debas pelear con fiereza contra el objetivo que obstaculiza tú conocimiento de la felicidad, porque intentar descubrirla también es vivir siendo feliz. Y me aconseja mirar hacia lo cotidiano y dibujarlo en todos los momentos, en la sonrisa, en los gestos, en la complicidad, en los sueños imposibles, en las personas, en las lágrimas y en todo cuanto me rodea...
- Y concluye que dibujando todo esto, es posible que pueda encontrar la respuesta que tanto me oscurece el espíritu y el alma o jugar con los dilemas y las contradicciones como forma de avance.