Siempre que se alejan uno del otro, van murmurando un lamento, o quizá una especie de ruego al universo, deseando que se materialice. Ellos se encuentran en cualquier sitio inusitado que les permita la ocasión y el espacio, porque como humanos no les está permitido la irracionalidad. Además están "comprometidos" algo que en la sociedad no se perdona. Pero a ellos el amor los agarró desprevenidos, sin darse cuenta, fue algo que les hizo mover hasta los cimientos...“ Ojalá que cada
hombre y cada mujer les esté permitido dos vidas”. Sería una buena manera de no
reprimir en una el sentimiento que les acongoja cuando se ven obligados a separarse. Cuando solamente se tiene una vida y está comprometida, siempre se actúa como
personas responsables teniendo que regresar a ella, porque por más ofensas que se haya recibido en la familia, no hay pecado que pueda ir más allá del perdón…
… Mientras, siguen caminando, imaginando como poder abrir las ventanas de sus castillos interiores, como llegar a encontrarse de nuevo con la hermosa primavera para tener un espacio en su jardín. Cómo bañarse con la luz intemporal de la luna para redibujar una nueva silueta que les permita vestirse de esperanza...