Me gustaba frecuentar un paraje hermoso que había descubierto en mis paseos por el bosque, había una cascada que se deslizaba y formaba con la espuma blanca un espejo de agua, donde permanecía largo tiempo contemplando la figura que parecía vivir dentro del agua. No se si soñaba, pero surgían imágenes que desfilaban ante mí, sentía volar mi alma que ya pertenecía a ese lugar...Y así en esa contemplación, me encontraba,cuando noté que había alguien observándome fijamente desde hacía algún tiempo... El ruido de una rama al caer desde un árbol cercano, hace que desvíe mi atención y me encuentre con un pájaro negro, de brillante plumaje y ojos penetrantes que me observaban con un interés especial. Sentí una gran ternura en su mirada, y de inmediato, irremediablemente quedé hechizada ante él...
No estaba dispuesta a dejarlo ir, y me acerqué despacio, toqué una de sus alas con suavidad para no espantarlo y con ternura le sonreí, él me devolvió su sonrisa profunda y misteriosa y me hizo un gesto para volar con él. En un instante subí a sus enormes alas sin ningún temor, emprendiendo un vuelo en la espesa vegetación y a medida que alcanzábamos altura, me maravillaba de contemplar desde lo alto el hermoso paisaje que se extendía y que cada vez se hacía mas pequeño, sintiendo una maravillosa sensación de libertad.
Sentí una transformación en mi cuerpo, ahora soy un ave igual que él, y en ese momento por primera vez experimenté una sensación de plenitud de éxtasis total que me ha acompañado en todos los instantes que he permanecido a su lado. Mis deseos recónditos se hicieron realidad, la soledad quedó en el bosque surcada y rota, como un fragmento de mi otra vida.
Seguimos volando juntos cada vez, hasta llegar a horizontes remotos, hemos cruzado el mar, hemos encontrado otros bosques y en muchas ocasiones hemos hecho nidos de amor a la medida de nuestros deseos, en absoluta libertad, sin empañar nuestra armonía.
El amor surgió en un bosque, en una cascada que formaba un espejo de agua y reflejaba una imagen, con unos sueños, que querían guardarse en aquel recinto de soledad. Pero en un mágico instante, nuestras almas se encontraron y transformaron, hasta encontrar horizontes de oro en compañía del amor.
¡Eres mi pájaro negro, pintado y labrado en mi corazón!