viernes, 27 de enero de 2012

Tus ojos y los míos...A mi padre.



En muchas ocasiones observé  tus cansados ojos y sentía que querías decirme algo que te mortificaba y nos mantenía alejados...Algo cómo que me necesitabas y me amabas...
Yo sentía ganas de decirte muchas cosas que te alegraran…
...pero el rencor me tenía paralizada y nunca te confesé que yo también te necesitaba y te amaba.
La muerte nos visitó un día y te llevó con ella, sin que nos confesáramos el amor que ambos sentíamos.
Me tocó cerrar tus ojos e imagino el amor que te llevaste en ellos. Los míos que tanto se parecen a los tuyos, permanecen con una honda tristeza, por haber permanecido enmudecida.


Luna en enero

2 comentarios:

  1. Comparto profundamente ese sentimiento contigo. Ahora que ya no está lamentamos el no haber podido vencer el orgullo que heredamos de él. Ese sentimiento nos une a los 3 porqué seguro él, a su manera, también lamentó el haber permanecido enmudecido.

    "Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes."-(Isaac Newton)

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  2. Trataré de ahora en adelante comunicarme más con los seres que amo, porque de nada vale el remordimiento cuando la persona que te lo inspira, no puede oir lo que quisieras decirle...Te amo mi veru.

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