Ocurren momentos mágicos en los que sólo me basta escuchar el canto de los pajaritos, mirar como en cada rama de árbol aparece una flor abriéndose a la vida…mirar los campos y los animales que se pasean con sus crías y en todos estos encuentros con la mágica naturaleza, revivo los recuerdos permanentes de mi niña, quien en otra parte del mundo, melancólica, me envía un mensaje de singular belleza, y desde el paisaje que se abre ante su mirada ve llegar la estación que mas nostalgias le trae de mi presencia, la que más se le parece a mí... ¡La primavera!